Qué recordar
A comienzos de la década de los 1880, Degas orienta su temática hacia la representación de mujeres desnudas, captadas en una actividad cotidiana, como el aseo: peinándose, secándose, tras el baño o saliendo de él. Difiere de la tradición pintoresca del tema galante de la mujer en su aseo. La pose de la joven, toma como referencia la “Afrodita en cuclillas” de la Antigüedad. Influencia de las estampas japonesas en cuestión de perspectiva. Degas explota las capacidades expresivas del pastel para conseguir una expresión naturalista del cuerpo. Dota de vida a las carnes mediante la yuxtaposición de innumerables trazos de color. La fuerte luz solar inunda el espacio, creando una atmósfera intimista y delicada.
Este retrato forma parte de una serie exclusivamente dedicada a los allegados del artista. Representa a Berthe Roblès, que se convirtió en esposa del artista unos meses antes de la realización del lienzo. En esta mujer de perfil, bajo la protección de su sombrilla, Signac reanuda un tema ya tratado por los impresionistas, como el caso de Claude Monet, sin embargo, da una interpretación puramente neoimpresionista al tema. Juega con el contraste simultáneo de los colores, en particular con la oposición verde-rojo/anaranjado y amarillo-lila. Tratado sin ninguna ilusión de profundidad, el espacio del lienzo se reduce reducido a dos dimensiones, mientras que el modelado se limita al juego de las sombras en el rostro. Las curvas de la sombrilla, el detalle de pasamanería, los arabescos de las líneas de las mangas o el tratamiento de la flor estilizada, acentúan el aspecto deliberadamente decorativo, buscado por el artista.
Henri-Edmond Cross instalado en el Sur de Francia, recibió en abril de 1893 una carta por la cual su amigo, el pintor Paul Signac, le propuso lo siguiente: "¿Por qué, ya que a ambos nos gusta y conocemos este país del sol, no intentamos erigirle un monumento decorativo?". Para Signac este monumento se convertiría en “La época de la armonía” y para Cross será "El Aire de la tarde". Representa un atardecer, cuando el calor y la luz se apaciguan. Transmite total plenitud del momento representado a través de la suavidad del sol poniente, la armoniosa composición en donde se equilibran las horizontales y verticales, las figuras con poses suspendidas en el tiempo. En esta ocasión utiliza una amplia pincelada rectangular que, creando un efecto de mosaico, intensifica el carácter decorativo del cuadro. La disposición clásica de la composición en la que las figuras se integran perfectamente en un paisaje ideal, son influencia directa de obras Puvis de Chavannes. Y Matisse al admirar la obra y se inspirará para realizar “Lujo, calma y voluptuosidad”.